martes, 28 de febrero de 2012

La confianza mutua simboliza evolución

Hernán Auguste y Cristián Gutierréz
festejan haber ganado el Mundial de Pádel de 2006

(Foto inicial de Padelcenter)  
La imagen de una pareja de pádel coronándose campeón marca la meta alcanzada. El trofeo que elevan en el cielo es igual al éxito deportivo. Ambos  se dan un abrazo por el título, se cuentan chistes, bromean y sonríen. Sin darse cuenta, ellos lograron algo más que un premio o aplausos de la gente: pudieron la confianza mutua. Este fenómeno humano tiene la particularidad de perdurar latente durante muchos años…

La confianza mutua no se produce inmediatamente sino que se fabrica cada día: la pirámide afectiva se inicia con una base sólida, colocándose ladrillo por ladrillo de manera paulatina y segura. Sí la base fuera inestable, la relación se derrumba por completo y los conflictos privados tienden a salir a la luz.

Este vínculo social nace al momento que los dos padelistas se ponen en contacto por primera vez (telefónicamente, mandándose un mail, mediante las redes sociales o la sugerencia de un tercero) con el propósito de formar una dupla de juego. La raíz toma dimensión cuando se concilia un lugar de encuentro común para discutir el tema, llámese un club de pádel, bar o parque. A veces ocurre que los individuos ya tienen un lazo familiar o son muy buenos amigos, por ende el proceso se torna menos complejo.  

Sí los deportistas deciden reunirse en un club y se desconocen entre sí, la tensión e incertidumbre tomará cierto protagonismo. Porque ignoran qué tipo de persona se encontrarán enfrente.


Entonces la cabeza empieza a funcionar. Los pensamientos obstinados aumentan con la cercanía al sitio indicado: “¿Habré elegido bien?”, “¿debí haber esperado que pasara un tiempo?”“y si no funciona… ¿qué hago?”. Los estados de ánimos son indistinto, pueden darse o no. 
Siempre dependerá de la personalidad de cada uno y qué tipo de amabilidad sostuvieron durante la comunicación previa.      

Al verse cara a cara, la primera impresión que automáticamente se acciona es la perspectiva estética o rasgos externos, es decir, juzgar el estado físico: flaco, gordo o robusto. La mente se arma un perfil prematuro que le permita sacar conclusiones de posibles virtudes o defectos de éste en cancha. En definitiva, todo se maneja en un campo de especulación. Las verdades absolutas no existen. 


Un diálogo inicial ameno y fluido puede “aceitar” la relación y al mismo tiempo, transmitir serenidad en el otro para generar un ambiente agradable. Este fenómeno puede desembocar en una conversación amistosa que introducirá, involuntariamente, la piedra basal que hará de soporte a la pirámide de confianza mutua.  

Al conseguir que su semejante se suelte al hablar, se derrumba la barrera de defensa que el ser humano activa por naturaleza. Yo pienso que este sistema de protección sirve para “prevenir” un mal arranque de compañerismo y en tal caso, escapar fácilmente del problema.   

Dos padelistas planifican
estrategias de ataque 

(Foto inicial de Padelcenter)   
A pesar de haber un acercamiento, ambos tomarán recaudo en comentar cosas de su vida social y actividad física. Intentarán dar escasa información sobre su familia, los gustos o preferencias y la rutina diaria hasta estar completamente convencidos de poder realizarlo. 

En el marco deportivo, entrenarán como nunca lo hayan hecho en su vida. Mostrarán el máximo potencial que asegure impresionar al otro: correrán todas las pelotas, conectarán golpes imposibles y exhibirán pequeños lujos. En breves tramos habrá algún cruce de palabras pero siempre estarán enfocados en su trabajo. El mensaje que quieren transmitir es el convencimiento: “Mirá el talento que tengo. ¡Tenéme en cuenta!”. Esta teoría que digo puede ser incorrecta, solo lo razono desde la vivencia propia.

La intensa sesión de peloteo (enfatizar la técnica) colabora en la delineación de los jugadores en el campo de juego, planifica estrategias de ataque, aísla el miedo a equivocarse y sentir culpa (entre ellos se corregirán sin ofenderse) con el fin de calibrar una dupla equilibrada.


Mientras las horas pasan, la timidez desaparece. Experimentarán un sentimiento de seguridad o acostumbramiento por la compañía. En definitiva incorporarán más ladrillos a la torre de confianza. 

El entrenamiento diario posibilitará el desenvolvimiento de la persona. Se podrán conocer más detalles de sus sentimientos internos: música que le fascina escuchar, deportes favoritos, libros o películas preferidas. La “flexibilidad” no es inminente sino que dependerá del carácter. Puede tardar días, meses o años. Lo seguro es que charlar con un tercero sobre gustos comunes ayudará a olvidar los problemas propios, consolidar la relación y solidificar las técnicas de juego.

El tejido de confianza, enhebrado durante un tiempo considerable, será clave en las competencias amateur y/o profesional. En sí pone a prueba la solvencia colectiva adquirida, es decir, la resistencia de la pirámide construida.

Este concepto abstracto puede parecer una cuestión menor. Sin embargo permitirá afrontar (en parte) situaciones desfavorables como perder el primer set y luchar en el segundo para “seguir con vida”. El nivel de desconfianza siempre quedará expuesta en cancha: no correr voluntariamente una pelota, chocarse entre sí para rematar, cortar el diálogo en momentos complicados del partido y producirse fastidio constantemente.

Belasteguín y Díaz  se conocen perfectamente
dentro como fuera de la cancha

(Foto inicial de Padelcenter) 
La cantidad de partidos jugados brindará mayor experiencia deportiva y mental para encarar nuevos desafíos. El despejar la mente de la pala reforzará la confianza. Por ejemplo ir a ver una película al cine, disputar un partido de fútbol o salidas nocturnas para divertirse. 

Aquí se completa la pirámide. Perdurar como tal se condicionará por varios factores: búsqueda de crecimiento personal o cambiar la pareja para superarse así mismo. 

Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín, actuales Nº1 del PPT (Pádel Pro Tour), son una pareja de pádel que hace 10 años juegan juentos. Salieron campeones del máximo circuito en 6 ocasiones: 2011, 2010, 2009, 2008, 2007 y 2006 con más 60 torneos ganados. (Mostrar último título alcanzado)

Toda confianza mutua puede transformarse en amistad. Sí se produce, los parientes de ambas familias se unirán. Compartirán en una mesa redonda historias de vida, anécdotas y aprovecharán para degustar un buen asado criollo. 

Se podrá ganar o perder un encuentro. Se podrá tener un excelente revés, la pareja ideal e invencible. Pero la confianza mutua siempre estará vigente, más allá del resultado final que se imponga.


TESTIMONIO DE LOS PADELISTAS 

Miguel LAMPERTI
-- Actual Nº 7 del PPT --
Lamperti declaró sobre la solidez de la pareja: 


"Llevarse bien y tener esa intimidad dentro de la pista, permite que cada pareja vaya evolucionando"


  

Audio extraído de un vídeo de PadelStar (mostrar clip)  




Sebastián NERONE
-- Campeón del Mundo
por Equipos y por Parejas --

Nerone declaró sobre la adaptación a una nueva pareja: 

"Tenés que darle un tiempo para conocerte con tu compañero y acoplarte mejor en la cancha"  




Audio extraído de un vídeo de My Best Play (mostrar clip)





Guillermo LAHOZ
-- Campeón del Mundo con España
 en 1998 -- 

Lahoz calificó su desvinculación con Gastón Malacalza y Raúl Arias:
  
          "La pasada temporada (2008) 
                fue un poco extraña"            


Audio extraído de un vídeo de AJPP - Asociación de Jugadores Profesionales de Pádel - (mostrar clip)





                                                                                                             Firmado por








"OPINO DESDE LA VIVENCIA PROPIA" 

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